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Los hombres y mujeres ecuatorianos tienen costumbres que se asemejan a mucho de los países sudamericanos. Aquí un recuento de algunas costumbres ecuatorianas:

Las parejas ecuatorianas en muchos casos mantienen relaciones consensuadas. Comúnmente se da en zonas costeras y áreas rurales. En donde son aceptadas como matrimonios legales a pesar de no haberse casado.

 

Es una costumbre extendida en todo el país la demora al llegar a una cita. Que suele ser de entre diez minutos a una hora. Además de no avisar cuando se va a visitar a un amigo. El saludo y la despedida están siendo reemplazados por expresiones más informales.

Los hombres ecuatorianos expresan su saludo dando un apretón de manos. En cambio, las mujeres dan un pequeño beso a la mejilla de la otra persona.

Actualmente en la navidad ecuatoriana la cena se sirve antes de las doce, aunque la costumbre de hace años era la de cenar a la medianoche. A fin de año tienen la costumbre de quemar un muñeco caracterizando a un personaje no querido

 

El almuerzo suele tomarse al mediodía y es utilizado ese momento para conversar y hacer vida social. Mayormente cada plato típico representa una fiesta local.

El entretenimiento deportivo por excelencia es el fútbol. Acostumbrándose los chicos a este juego desde muy temprana edad.

La iglesia católica ha tenido una influencia ingente en Ecuador desde la época de la colonia hasta la actualidad, pues con sus prédicas y posturas conservadoras ha moldeado el subdesarrollo de este país. Entre los argumentos que más llamaron mi atención están las influencias de esta religión en   las estructuras sociales, el sistema de educación, de emprendimiento e incluso de construcción nacional. B
Llamaron mi atención porque esta religión impartió algunas enseñanzas bíblicas tergiversadas, tales como considerar la pobreza física, y no la espiritual, un don, a pesar de que el texto bíblico especifica que son “bienaventurados los pobres de espíritu” (Mt 5:3). Enseñanzas así, fueron las que indujeron a sus seguidores a creer que la desigualdad social era normal y predestinada por Dios, y por ende no había por qué luchar para tener un sistema más equitativo, solo debían aceptar con resignación su destino. Algunas de las creencias que sostienen la desigual estructura social, sobre la cual está fundada el país, son que los ricos son ricos porque han sido determinados divinamente para hacer caridad o que ser pobre es bueno porque Dios ama a los débiles e indefensos.