Respuesta :

“Hasta el sigo XII, éramos un pueblo independiente. Fue en Galiza donde se dio la primera revolución social, la de los Irmandiños, que triunfó (1467-1470), la ocupación y el asesinato llevado a cabo por «España», los séculos escuros (siglos oscuros), en el 1846 la revolución que duró un mes y en donde se denunció la situación colonial de Galiza. De seguido, el regionalismo, paso previo al nacionalismo, que se conformó en el 1916. Y luego, la lucha por el estatuto, por la nación liberada, por la independencia y por el socialismo. Luego la Guerrilla Antifranquista (1936-1965), el DRIL, que fue el primer grupo armado del Estado (tachado como terroristas), luego la UPG, las huelgas del 72, el EGPGC... Una nación que no tuviera conciencia de su particularidad no se hubiera organizado ni luchado, pero el pueblo gallego era consciente del imperialismo español, de ahí nuestro combate. Y por supuesto, consciente de nuestra lucha de clase.”

El invierno pasado marcó exactamente dos años desde la última vez que nos vimos. Que me tuviste sin que yo te tuviera. 
Durante todo este tiempo he venido arrastrando los pies como un enfermo, un sonámbulo, ningún lugar me parece bueno para mí por que soy yo el que no se siente bien a donde quiera que vaya. Es como si este mundo no estuviese hecho para alguien que guarda una pasión tan ardida como yo.
Daría cualquier cosa por dejar de respirarte cada vez que me amanece, por borrar el tacto de tu piel sobre la mía, la textura de tus cabellos de entre mis dedos húmedos por tus sudores.
Acudo con puntualidad a las comidas familiares sin ningún interés mas que el de mantenerlos tranquilos por mi bienestar, aprendiendo de vez en cuando a dibujar esa sonrisa fingida que parece contentarlos a todos, menos a mi; de igual forma no falto nunca a mis charlas con el psiquiatra. Ese viejo.
El pobre piensa que hemos hecho algunos “avances”.
Todas las pastillas que me ha recetado solo han conseguido hundirme en un estado de permanente sigilo, soy como un gato abandonado, siempre con hambre, pero siempre callado. Dolido tan hondo que ya es imposible que salga de mí ser maullido alguno.
Lo he venido pensando desde hace mucho pero no había dado con “eso” que hace falta para decidirse de una buena vez. El sentido de supervivencia me venía sosteniendo no se de que manera.
Hasta que el otro día por la tarde el buen doctor me ha dicho las palabras que si no mágicas, precisamente adecuadas “Necesitas borrarla ya de tu mente para siempre, debes eliminarla por completo”.
Por eso estoy aquí, parado a mitad de la cocina con ambas manos temblorosas aferradas al mango del cuchillo enterrado en mi vientre, mirando como ese chorro oscuro y espeso semejante al aceite, llora hasta llegar al suelo. Era el único modo.
Tenia que cortarte de mí.





Besossssssssssss